Louis Pasteur dijo: “No les evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas”.
Para los niños, volver a madrugar, recuperar la dinámica de trabajo y ver aumentado el nivel de exigencia sobre ellos puede causar ansiedad, malestar emocional y físico e incluso modificar su comportamiento.
Para ayudarles a adaptarse a estos cambios, los días previos al comienzo de las clases procura ir recuperando el horario y las rutinas habituales del curso escolar.
Dedica tiempo a preparar juntos el material para clase y lo que vaya a necesitar para las actividades extraescolares. Disfrutará de tu compañía y se ilusionará con la idea de estrenar los artículos nuevos, retomar las actividades y volver a jugar con sus compañeros.
Antes de comprar ropa nueva para empezar el curso, deja que él te ayude a seleccionar la que todavía le sirve y a preparar la otra para donarla. Aprovecha para hablarle sobre la importancia de compartir y mostrarle un mundo más amplio, estimulando su capacidad para empatizar. También podéis organizar juntos la ropa nueva y empezar a prepararla por las mañanas o dejarla preparada antes de irse a dormir, como hará cuando vaya a clase.
Crea un espacio de estudio apropiado para tu hijo. Debe carecer de distracciones, tener buena iluminación exterior y el material escolar tiene que estar siempre bien organizado y fácilmente accesible. Podéis realizar juntos algún cubilete para pinturas, por ejemplo con un rollo de papel vacío, recubierto con trocitos de papel de periódico y una mezcla de cola blanca y agua a partes iguales y pintado con témperas. Es una buena ocasión para enseñarle la importancia de reciclar y reutilizar y permitirle formar parte de la organización del presupuesto para material, ropa y pago de actividades.
También es interesante preparar un horario de apariencia atractiva para el niño, que incluya sus asignaturas y las actividades extraescolares, y si lo deseas, las horas a las que podrá realizar ciertas tareas, como jugar con una consola. Colócalo en su habitación o junto a su mesa de estudio.
Cuando comiencen las clases, aunque dispongas de menos tiempo, procura seguir realizando con tu hijo actividades al aire libre. El ejercicio físico y una alimentación equilibrada también son fundamentales para ayudarle a afrontar el esfuerzo que supondrá retomar tanto trabajo y actividades.
Escúchale, demuéstrale que comprendes sus emociones y ayúdale a darles un enfoque más positivo.
En el caso de los menores de 3 años, en general todavía les cuesta la separación. Es fundamental que desde el primer día te despidas mostrando tranquilidad, de modo que el niño comprenda que te vas pero volverás cuando sea la hora de salir. Si te vas sin avisar, puedes generarle ansiedad y el próximo día intentará no separarse de ti bajo ninguna circunstancia.